EL CAMINO
En el camino que seguimos, encontramos personas que transitan la misma senda, donde muchas de ellas pasan a formar parte, lado a lado, del mismo recorrido.
En esta trayectoria aprendemos a respetar y compartir nuestros pasos con aquellos que se han convertido en amigos, familiares, conocidos.
Compañeros de esta vida que, aunque individual, se comparte en colectivo.
Sea cual sea la sociedad o cultura en la que estemos inmersos, siempre estamos unidos por la supervivencia, con la perspectiva de vivir en paz y equilibrio.
Sin embargo, somos alcanzados por situaciones que nos hacen vulnerables; en esos momentos, percibimos que la ayuda llega a través de personas que un día entraron por el mismo camino, y que son exactamente los instrumentos que Dios nos presenta para, en el momento preciso, protegernos y ayudarnos.
Así, podemos confirmar que no estamos solos, que cada uno de nosotros es un instrumento para el otro en la comprensión de un mundo mejor.
Por lo tanto, cuando nos conocemos, es más fácil entender al prójimo, incluso porque el prójimo es nuestro interior de ser más allá de la materia que se ve.
